El enésimo análisis sobre la actual situación de decadencia del fútbol italiano con respecto al del resto del continente lleva esta vez una firma razonablemente prestigiosa. Se trata de Federico Manfredo, periodista argentino del grupo audiovisual americano ESPN, que tras 13 años viviendo en el Bel Paese, algo sabe del tema. El texto, les advierto, le ha quedado un poco ladrillo, porque para su argumentación no ha escatimado en datos, pero llega a conclusiones bastante interesantes. Como de costumbre, pueden o bien recurrir a la fuente original o bien ahorrarse el viaje y leerlo aquí a continuación.
Italia es un país fantástico, así como de fábula son también los italianos. "Un pueblo de poetas, de artistas, de héroes, de santos, de pensadores, de científicos, de navegadores y de transmigradores": esto se puede leer en el Palacio de la Civilización Italiana en Roma, el famoso "Coliseo Cuadrado".
Una frase que describe con extrema fidelidad las características del pueblo de la península mediterránea que, con casi tres mil años de maravillosa historia, siempre estuvo (y probablemente siempre estará) en el centro de la civilización y de la cultura mundial.
Sin embargo, como cada quien, también el italiano tiene sus defectos que, para colmo, son enfatizados por la presunción y la arrogancia que derivan (paradójicamente) de su inmensa historia y cultura.