viernes, 18 de marzo de 2011

Benvenuti!

Apenas terminado el día del 150 aniversario de la unificación del país, doy por inaugurado este blog sobre una de las señas de identidad más destacables de la cultura italiana actual: el fútbol. Hasta donde yo sé, escasean los blogs en castellano sobre el balompié transalpino; el único que conozco es Historias del Calcio, que hace un trabajo bastante bueno pero peca de actualización irregular, además de ser, casi en exclusiva, un recopilatorio de artículos publicados en distintos medios, más que una página de contenido propio. Aquí intentaré cubrir ese hueco con textos de mi cosecha, sin renunciar a citar material ajeno que me parezca de alto nivel, y si la cosa se pone bien incluso puede que cuente con firmas invitadas.

En materia de filias y fobias, de momento no me voy a meter. Tiempo habrá, a poco que me sigan, de ir descubriendo qué colores me tiran más y cuáles menos. Cuanto más tarden, mejor, por aquello de la pretendida a la par que utópica objetividad periodística. Pero aquí, oigan, si tifa. Porque el fútbol en general, y el italiano en particular, es pasión, amor por unos u otros clubes, orgullo por lo que representan. No se dejen engañar por quien les diga que le da igual qué equipo gane porque lo que les gusta es "el espectáculo". Para eso ya tenemos el teatro, o el cine.

Precisamente este orgullo de tifosi, a día de hoy, es de lo poco que justifica seguir un fútbol como el de Italia, donde los alicientes, muchas veces, están en la grada más que en el terreno de juego. La Nazionale, tras su decepcionante mundial, está de capa caída, y los hasta hace poco poderosísimos equipos del país viven horas muy bajas.

Para muestra, fíjense en cómo está la cosa en el plano continental. En la Europa League, el que más lejos ha llegado para intentar ocupar el trono que dejará vacante el Atlético de Madrid ha sido el Nápoles, torpedeado por un submarino amarillento que le hizo naufragar en dieciseisavos de final. Y en la Champions, sólo queda el Inter, clasificado contra todo pronóstico tras una remontada increíble (de hecho ni ellos mismos se la creen) en casa del Bayern. Moratti aún se está riendo de la truffa que le coló al Barça cambiándole a Ibrahimović y unos cuantos millones por el gran Samuel Eto'o, que se marcó un partidazo de esos que, como dice el tópico, deberían enseñar a los niños en las escuelas de fútbol.

Los otros dos que alcanzaron los cuartos de final, Milan y Roma, han tenido actuaciones muy decepcionantes. Los rojinegros jugaron razonablemente bien, pero es lamentable que con su potencial ofensivo no hayan sido capaces de vencer a un rival muy inferior como el Tottenham. El caso de los capitalinos, sumidos en una profunda crisis de la que ya hablaremos, ha sido aún peor: les ha humillado el Shakhtar (escríbase Шахтар, pronúnciese Shájtar), una de las cenicientas del torneo.

Los dos verdugos, junto con el Schalke de Juradinho y Raulito, son los posibles rivales más fáciles que podrían tocarle a los nerazzurri. Aquí pueden ver todo lo que queda:


Pues eso, mañana veremos qué le ha deparado la fortuna al vigente campeón. Pero si quiere revalidar su título, más le vale mejorar su juego. No todos los días se alinean los planetas, como el martes pasado en el Allianz Arena.

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