Leo en SportMil que el seleccionador Cesare Prandelli (vean su cara aquí a la izquierda) ha lanzado una propuesta cuanto menos peculiar. Pretende que la Nazionale sub-21 compita en Serie B, equivalente a la Segunda División española, como un equipo más. La excusa es "favorecer el desarrollo" de los jóvenes talentos italianos, quienes ahora con tanto fichaje extranjero tienen muy complicado dar el salto de los equipos primavera (juveniles) al profesionalismo.
La idea va respaldada por gente importante. Sin ir más lejos, el gran Demetrio Albertini, actualmente vicepresidente de la Federación (FIGC), ha dado su apoyo. También está a favor el mítico entrenador Arrigo Sacchi, que ahora mismo ocupa el cargo de coordinador de las selecciones juveniles. El Consejo Federal de la FIGC debe decidir sobre el tema; supongo que tendremos noticias en los próximos días.
Lo que no sé es quién le va a explicar a los clubes de B que uno de ellos debe renunciar a su plaza para dejársela a los azzurrini (porque supongo que el proyecto contempla que permanezcan siempre en Segunda independientemente de sus resultados; si no, tendría aún menos sentido del que tiene). Lo que tampoco sé es en qué estadio pretenden jugar como locales, porque elijan el que elijan, siendo "el equipo del país", sería un agravio comparativo para todos los demás; estar rotando por toda Italia es poco menos que una locura imposible de organizar.
Ni de dónde van a sacar a la afición, entendida como un grupo fiel de seguidores que les acompañara allá donde disputaran un partido. Ni qué pasaría en los partidos contra cualquier otro equipo, donde los aficionados no sabrían si ir con el equipo del Paese (el país) o del paese (el pueblo). Imaginen, por ejemplo, que llegada la última jornada el Sassuolo está jugándose un histórico ascenso y le toca recibir a la selección. ¿Qué debería hacer el buen público emiliano que abarrotara el Enzo Ricchi? ¿Ondear las banderas verdinegras o el tricolor estatal? ¿Qué pasaría si una victoria nazionale frustra el trabajo de toda la temporada, y la correspondiente inversión económica, del club? ¿Alguien le indemniza?
Tampoco sé cómo conseguirían a los jugadores, porque actualmente los clubes se los prestan a las selecciones de forma temporal para los compromisos internacionales que hay cada X meses y luego vuelven a casa; si la sub-21 jugara de forma regular tendría que hacerse con una plantilla fija, es decir, fichar gente... con los precios actuales del calciomercato, dudo mucho que la FIGC tenga presupuesto como para montar una squadra competitiva. Y más dudo que los distintos clubes estuvieran dispuestos a subvencionar a la Federación, que pasaría a convertirse en un rival directo.
¿Y los jugadores? En la última convocatoria, contra Inglaterra, había futbolistas como Santon, del Inter, o el doriano Macheda, que ya saben lo que es competir al máximo nivel. ¿Qué tal les sentaría bajar al fango de la Segunda? ¿O quedarían exentos de representar a su país (más agravios comparativos)?
Demasiados puntos débiles para una idea descabellada que, por mucho que se empeñen, dudo mucho que salga adelante. Eso sí, el señor Prandelli ya ha subido su cuota de minutos de gloria mediática. Más le valdría dejarse de historias y dedicarse a recuperar a una selección que no hace tanto, y con muchos de los jugadores que todavía siguen, fue campeona del mundo.
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