lunes, 28 de marzo de 2011

Michele Serena y su original récord

Trasteando un poco después de escribir la entrada de anoche sobre la Sampdoria, me he encontrado con un dato bastante curioso sobre uno de sus jugadores míticos: Michele Serena, grandísimo lateral izquierdo que fue blucerchiato durante tres años a principios de los '90. En cualquier otra circunstancia, este hombre habría sido titular indiscutible en la selección nacional; calidad tenía para dar y tomar. Pero tuvo la mala suerte de encontrarse en su camino a un Maldini en todo su esplendor, por lo que su carrera como azzurro fue más bien breve.

Tan breve, que sólo le convocaron una vez, en 1998, para un partido de clasificación para la Eurocopa que se disputaría dos años más tarde. Era el 5 de septiembre y la Nazionale viajó hasta Liverpool para jugar en Anfield contra el equipo del País de Gales. El partido fue cómodo para los italianos, que se fueron al descanso con ventaja gracias a un tanto de Fuser en el minuto 19; a poco del final, en el 77, Christian Vieri anotó el 0-2 que acabaría siendo definitivo. En el minuto 85 Dino Zoff, en aquella época seleccionador nacional, decidió darle un descanso al romanista Eusebio di Francesco. Nuestro protagonista de hoy salió en su lugar, y aquellos cinco minutos, seis con el tiempo añadido, fueron los únicos que disputó jamás representando a su país. Es, por tanto, el jugador que menos tiempo ha jugado con la cuatro veces campeona del mundo, de entre todos los que han llegado a debutar.

Es una lástima tan poco reconocimiento, porque la trayectoria de Serena, veneciano nacido en 1970, ha sido bastante amplia. Comenzó en el Mestre, equipo de su pueblo, y se incorporó al equipo de la capital de su provincia cuando ambos clubes se fusionaron. En la ciudad de los canales la cosa le fue razonablemente bien: por entonces se vivían horas bajas, y el ascenso a Serie C1 y posterior consolidación se consideraron todo un éxito. Michele era uno de los destacados en el equipo naranja y verde; por eso se fijó en él ni más ni menos que la Juventus, a cuyas filas se unió en la temporada 1989/90.

Pero en Turín llevaban tres años sin un título que llevarse a la sala de trofeos. Mucho tiempo para lo malacostumbrados que están por allí. No era plan de ponerse a hacer probaturas con un veinteañero recién llegado de la tercera categoría, así que Serena jugó poco y después no dudaron en mandarle cedido a Monza (de nuevo en serie C) y a Verona (esta vez sí, en A). En ambos lugares consiguió jugar con regularidad, pero ni con esas: la Vecchia Signora le incluyó, junto con otros tres jugadores, como parte del pago a la Sampdoria por Gianluca Vialli.

En Génova empezó a dar que hablar. Se convirtió en amo del lateral izquierdo, jugando 92 partidos en tres temporadas. La Fiorentina se interesó en él, y de morado echó otros tres años, aunque con menos encuentros disputados (69). Se había ganado un nombre y una reputación en su país natal; por eso, no sorprendió que el mismísimo Arrigo Sacchi, elegido por el multidelincuente Jesús Gil para intentar reflotar al Atlético en la temporada 1998/99, se lo llevara con él a Madrid. De rojiblanco le ganó la partida a Toni Muñoz, jugó 35 partidos en una sola temporada, y dejó perlas como esta, en una semifinal de Copa (fíjense de paso en lo jovencito que estaba Iturralde):


Después, incomprensiblemente, se le dejó escapar (la propaganda del Gilifato vendió que era él quien echaba de menos su tierra) y volvió a Italia, donde estuvo otra temporada en el Parma y tres más en el Inter. De negro y azul terminó su gloria: las frecuentes lesiones le obligaron a retirarse en 2003. Se convirtió en entrenador, donde, por ahora, ha desarrollado su carrera en equipos pequeños; primero en su Venecia, al que consiguió salvar en dos ocasiones del descenso a cuarta categoría (no sirvió para mucho, ya que el club quebró por enésima vez y perdió la plaza), y luego en Serie B en Mantua, donde no pudo hacer nada por evitar el último puesto final en un equipo que también acabó desapareciendo porque no cuadraban los balances. 

Actualmente está dirigiendo al Grosseto, al que tiene ahora mismo noveno en Serie B. La clasificación para el play-off a Serie A parece poco probable, pero tampoco está nada mal un puesto en mitad de tabla para un equipo como éste, con apenas cuatro años de experiencia en la categoría. Esperemos que esta vez tenga más suerte y la tesorería del club no se declare en bancarrota...

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