Ojo, no se precipiten. La pregunta tiene trampa. Si uno tira de hemeroteca y se pone a ver los partidos ganados, empatados y perdidos por cada equipo, hace cuentas, suma puntos y calcula diferencias de goles, sale que la Juventus arrasó y que nadie tose las 91 unidades que lograron Del Piero, Trézéguet y compañía. Pero no. Les supongo informados del Calciopoli, o Moggigate, o como quieran llamarlo, y si no lo están, echen un vistazo aquí, que viene razonablemente bien resumido.
Pues nada, Juve a Serie B y título al siguiente: el Milan, que con 88 puntos sobre el campo se había quedado a las puertas. Sorpresa: los chicos de Berlusconi también estaban implicados en el asunto. Aunque en menor medida: bastó con una penalización de 30 puntos. Siguiendo la jerarquía del mérito deportivo, después venía el Inter, que, pese a no conseguir más que el tercer puesto en el césped, recibió el tricolore por ser el primero de los limpios. ¿Hemos dicho "de los limpios"? ¿Seguro?
La propia Juventus, entidad que se siente la más perjudicada por las decisiones judiciales de aquel extraño verano en que la Nazionale conquistó el mundo, salió en mayo diciendo que, para ser justos, el Inter tampoco debía ser campeón. Opinan que los nerazzurri están casi tan pringados en el escándalo como ellos, y que, aunque en su momento salieron indemnes, con el tiempo han ido apareciendo pruebas que les involucran. Un ejemplo son las supuestas conversaciones que, según el capo de la trama Luciano Moggi, mantenía regularmente el presidente interista Massimo Moratti con el jefazo del estamento arbitral para "apañar" colegiados en determinados partidos. Si quieren una fuente más fiable, pueden ver algunas de esas conversaciones, que también implican al mítico y ya fallecido Giacinto Facchetti, en la web de La Gazzetta.
Particularmente, mis conocimientos sobre legislación italiana y sobre el contenido exacto de la documentación con que cuenta la magistratura es demasiado escaso como para hacer un juicio rotundo. Pero sería bastante raro que, en una situación de fraude en la que participa medio país, el único que se quedara al margen fuera el que más gastaba en fichajes y menos rendimiento obtenía en títulos, ¿no? Y más considerando que no sería la primera vez que la directiva milanesa actúa de forma "sospechosa".
Algunos han estado al quite muy rápidamente. Un ejemplo es Luciano Spalletti, quien fuera entrenador de la Roma en aquellos tiempos. Precisamente en 2006 había quedado cuarta en el terreno de juego; aplicadas las correspondientes correcciones, un año flojucho se convirtió de golpe en un subcampeonato. Luciano dijo que si el Inter también está podrido, se debería seguir la ronda para que el título pasara a ser rojo y amarillo. Por si acaso, la nueva dirigencia romanista ya ha manifestado que no lo va a reclamar, porque las victorias "deben conquistarse en el campo". Por eso, y porque como sigan tirando del hilo, igual se la cargan ellos, por listos...
Las últimas noticias de todo este jaleo son que la Federazione ha decidido desestimar la petición juventina por motivos que le resultarán muy familiares a los seguidores del Atlético de Madrid: los delitos interistas (que se asume que los hay) están "prescritos". En Turín, como cabía esperar, no ha sentado muy bien la noticia: los abogados ya están trabajando para presentar un recurso ante lo que consideran una disparidad de tratamiento para situaciones similares.
Es decir, que dando patadas al balón el mejor fue la Juventus, pero el título se lo ha llevado el Inter, y como se pongan tontos los tribunales lo mismo se lo revocan y, ya que al Milan no hay posibilidad de dárselo y que la Roma no lo quiere, lo dejan "sin asignar". Lo más probable es que todo siga como está, ya conocen aquello de cambiare tutto per non cambiare nulla tan típico de Italia. Va a haber que darle la razón a un tercero en discordia, el dirigente milanista Adriano Galliani, cuando dice que el fútbol trasalpino ha pasado de ser un ristorante de lujo a una pizzería...
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