La cuarta jornada de la temporada de la Serie A, tercera jugada tras la huelga del primer día, ya nos ha dejado la primera víctima. Gian Piero Gasperini, otrora exitoso manager del Genoa a quien su presidente llegó a comparar con Ferguson, no ha durado ni un verano en el banquillo del Inter de Milán. Un empate y cuatro derrotas, final de la Supercoppa incluida, en cinco partidos oficiales, han hecho que a Massimo Moratti no le temblara el pulso y se lo cargara tras la humillante caída en casa del recién ascendido Novara. Así, el pobre Gasperini se convierte en el inquilino número 18 en pasar por los vestuarios del Giuseppe Meazza, 16 sin contar las segundas veces de Hodgson y el interino Castellini, desde que Don Massimo se hizo cargo del club en 1995. Obviando precisamente a esos interinos, Gian Piero es, precisamente, el que menos tiempo ha sido capaz de aguantar en el cargo.
Y eso que Moratti es un tipo paciente. Hasta ahora, sólo se había quitado de en medio a cuatro hombres con la temporada a medias. Le pasó al citado Roy Hodgson, quien se volvió a Inglaterra en 1996 tras año y medio de resultados aceptables; también a Mircea Lucescu, que duró de septiembre del 98 hasta marzo del 99. Sin embargo en los otros dos casos sí se le calentó la mano al presidente de la Beneamata. Héctor Cúper, el Gran Perdedor, vio cómo le recompensaban el subcampeonato de 2003 (en un club que no ganaba el Scudetto desde hacía más de una década) echándole al cabo de seis jornadas al año siguiente. Y un poco más cerca, el hombre que se comió a Rafa Benítez tuvo tiempo de perder una Supercopa de Europa, ganar un Mundialito y deambular por Italia durante media temporada antes de que en los despachos decidieran que no es el sucesor de Mourinho que esperaban.
El sucesor, el ínclito Claudio Ranieri, tiene bastante buena reputación como abogado de causas casi imposibles, aunque no en todas partes le recuerdan con mucho cariño. Precisamente uno de sus últimos ex equipos, la Roma, estuvo a punto de quitarle al Inter uno de sus cinco scudetti consecutivos recientes. Y precisamente es en Roma donde podría caer el siguiente inquilino del banquillo: los tambores de guerra contra Luis Enrique llevan sonando desde la pretemporada y la vergonzosa caída en la previa de la Europa League, y se han agravado hoy mismo tras el empate casero contra el Siena que les deja en un discretísimo 14º puesto con sólo dos puntos. Peor parecen estar las cosas en el Milan, que con los mismos dos puntos está dos lugares más abajo por la diferencia de goles, aunque parece que el empate de Champions contra el Barcelona y, sobre todo, el título del curso pasado aún le dan un margen de confianza a Allegri. En todo caso, la veda ya se ha abierto. ¿Quién será el próximo?
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