Este verano no hace falta irse a la otra punta del planeta a la Copa América para ver una competición importante de selecciones nacionales. Aquí al lado, en la ciudad italiana de Rávena (o Ravenna, como dicen ellos), acaba de comenzar ni más ni menos que todo un Campeonato del Mundo. Eso sí, cambiando el habitual césped por arena fina. Desde ayer mismo, 1 de septiembre, las playas del Adriático acogen la decimosexta edición de lo que la FIFA llama "Copa Mundial de Beach Soccer".
El torneo, que durará hasta el día 11, cuenta con un formato más reducido que su hermano mayor, ya que sólo participan 16 selecciones. Es normal, por tanto, que estén ausentes algunas banderas ilustres del balompié, digamos, "tradicional": no hay, por ejemplo, presencia inglesa, ni alemana, ni siquiera española. Sí pueden verse otras naciones poco conocidas en materia de pelotas, como Venezuela, Omán o incluso Tahití. El gran favorito, pese a todo, es el de siempre: Brasil aspira a revalidar el título... por quinta vez consecutiva. ¿Volverán a encontrarse en la final a ese país tan famoso por sus calas paradisiacas como es Suiza?
Los aficionados que se animen a ver partidos notarán alguna que otra diferencia con respecto al fútbol al que están acostumbrados. Para empezar, el campo de juego es mucho más pequeño, 36x28 metros, lo que obliga a que en cada bando sólo haya cinco deportistas (cuatro y el portero). Tienen un número ilimitado de cambios, ya que correr por la arena cansa mucho, a pesar de que la duración de los encuentros es menor: 36 minutos repartidos no en dos, sino en tres tiempos de 12' cada uno. No se permite el empate: si se llega a tal situación, se deberá jugar prórroga de 3 minutos, y si no hay arreglo se va a penaltis. El reglamento detallado es uno de esos farragosos textos legales con que la FIFA nos obsequia de vez en cuando; si se aburren, pueden echarle un ojo aquí.
Si bien en el pasado se tendía a utilizar para las selecciones a viejas glorias retiradas del fútbol-hierba (Zico en Brasil, Julio Salinas en España, Cantona en Francia), hoy los jugadores de playa se dedican en exclusiva a esta modalidad. Como consecuencia, la media de edad se ha reducido bastante; por poner un ejemplo, en la Nazionale sólo hay dos hombres que hayan nacido antes de 1981. La arena ya no es sólo un entretenimiento para jubilados o para niños aprendices de especulador con la excusa de hacer castillos.
La edición de este año ha empezado con mucho ímpetu. Hasta ahora sólo se han jugado cuatro enfrentamientos, pero ya tenemos dos empates con número altísimo de goles. Suiza y Senegal abrieron el torneo igualando a ¡8 tantos!, aunque en penaltis se llevaron el gato al agua los africanos. Misma suerte ha tenido la anfitriona, que ha estado a punto de liarla contra el teóricamente inferior Irán (6-6). El flojo 3-1 con que Argentina se ha impuesto a Omán y el inapelable 11-2 de Portugal sobre El Salvador completan la jornada, de la que tenía intención de ilustrarles con algún vídeo... No sé si será cosa de la web de la FIFA o de mi conexión, pero no hay manera de insertarlo. Prueben a verlo directamente en la fuente original.
Mañana la cosa promete: debuta el todopoderoso Brasil contra Ucrania y además tendremos Japón-México, Nigeria-Rusia y, no se lo pierdan, Tahití-Venezuela. Qué quieren que les diga, mientras desconvocan o dejan de desconvocar la huelga de la Serie A, no es mala alternativa, ¿no?
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