martes, 24 de mayo de 2011

Balance de la Serie A 2010/2011


El pasado fin de semana, con la disputa de la jornada número 38, se cerró la temporada 2010/2011 de la Serie A, la máxima categoría de la liga italiana de fútbol. La clasificación final revela una serie de cambios, algunos esperados, otros bastante sorprendentes. El más destacado, sin duda, se ha visto arriba del todo. El título se ha quedado en la ciudad de Milán, pero tras cinco años consecutivos no va a llevar rayas azules, sino rojas. El Milan es justo campeón, aunque ni mucho menos se ha impuesto con tanta holgura como parecería indicar la clasificación final. El equipo de Allegri, más que en su poderío ofensivo (que también algo de eso hay), se ha basado en una defensa férrea que sólo ha concedido 24 goles, 15 menos que el más eficaz de sus rivales.

El antiguo campeón, el Inter, no pudo superar la salida de Mourinho y ha tenido un año de lo más convulso. Moratti se trajo a Rafa Benítez, que traía fama de ganador pese a no haberse comido una rosca en los últimos 4 años. Antes de que le echaran, con el equipo séptimo, le dio tiempo a incrementar su palmarés con el mundialito de clubes que le ganó a un club del Congo. En su afán por hacer cosas raras, a Moratti se le ocurrió sustituirle en el banquillo con Leonardo, una vieja gloria del máximo rival cuya experiencia como entrenador era más bien discreta. La jugada salió razonablemente bien y acabaron segundos, aunque sin posibilidades reales de revalidar el título. De todas formas, es evidente que esta temporada ha supuesto, como dice el tópico, un "fin de ciclo" y el club debería renovar mucho una plantilla bastante envejecida si quiere volver a mirar al resto desde arriba. Tampoco estaría de más italianizarla un poco, por aquello de que la afición se sintiera algo más identificada con sus chicos. Las contrataciones de Ranocchia y Pazzini son buenos comienzos.

Los otros dos que se han metido en Champions han sido las grandes sorpresas de la temporada. Sobre todo el Nápoles, tercer clasificado, que casi hasta el final ha estado luchando por el scudetto y ha hecho soñar al sufrido pueblo partenopeo con reeditar las glorias de Maradona y compañía, con Cavani rompiendo redes y Hamšík como mariscal de campo. Por su parte, el Udinese, que venía de una temporada 09/10 malísima, se ha desquitado practicando, posiblemente, el mejor juego del país. Quién sabe dónde habrían llegado los chicos de Guidolin de no haber flojeado al final. El cuarto puesto final es un justo premio para un equipo que cuenta en sus filas, por segundo año consecutivo, con el capocannoniere de la liga: el capitán Antonio di Natale, autor de 28 goles.

En el último momento podría haberle quitado esa cuarta plaza la Lazio. La temporada del segundo mejor equipo de la capital ha sido buena, bastante regular, siempre en los puestos de arriba, pero con lo que hay es difícil aspirar a más. Lejos quedan los tiempos de Nedvěd, Nesta y Verón. Al menos les queda el consuelo de haber quedado por encima de la Roma, que, sumida en una grave crisis tanto deportiva (Ranieri dimitió y tuvo que subir Montella de los juveniles a entrenar a sus ex compañeros) como institucional (la sociedad está en pleno proceso de venta a unos empresarios norteamericanos), no ha podido ni acercarse al subcampeonato del año anterior.

Ya fuera de Europa nos encontramos una de las mayores decepciones de la temporada: el séptimo puesto de la Juventus, que la deja fuera de Europa. Este lugar en la clasificación es ridículamente bajo para un equipo como el turinés, que no sólo vive de las glorias pasadas, sino que tiene en su plantilla unos cuantos campeones del mundo, si bien ya no se encuentran los nombres de las estrellas de tiempos no tan lejanos, como Zidane o Ibrahimović. Los Agnelli tienen mucho trabajo por delante para recuperar el prestigio perdido. El primer paso ya está dado con el despido fulminante de Luigi Delneri y la contratación para el banquillo de Antonio Conte, quien fuera centrocampista y capitán en los '90.

El otro batacazo es el de la Sampdoria, éste con consecuencias catastróficas. Nadie en sus cabales habría predicho al empezar la temporada que los genoveses, inmersos en la fase de clasificación para toda una Champions League después de acabar cuartos el año anterior, acabarían descendiendo. El motivo ha sido la pérdida, por distintas razones, de sus delanteros titulares, Cassano y Pazzini, a mitad de temporada: los blucerchiati perdieron toda su capacidad ofensiva (33 goles... sólo el colista Bari marcó menos), y el bajón moral de la ausencia de sus dos estrellas les hizo caer en barrena. Confiemos en que sea temporal, porque una Serie A sin el derby genovés no es lo mismo.

El resto rindió más o menos según lo esperado: unos (Palermo, Fiorentina, Genoa) quedándose por poco a las puertas de Europa, otros (Chievo, Parma, Catania, Cagliari) navegando en tierra de nadie, otros más (Cesena, Bolonia, Lecce) sufriendo por mantenerse. Nada especialmente destacable. Al hoyo, junto a la Samp, se fueron Brescia y Bari, dos equipos por los que alguno no habría apostado pero que tampoco sorprenden.

¿Qué nos deparará el año que viene? De aquí a 12 meses lo veremos...

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