viernes, 20 de mayo de 2011

Lecturas imprescindibles: Santificado sea tu nombre (de "El otro lado del balón")

Mi último gran descubrimiento es el blog del mexicano Enrique Ballesteros. Es periodista del canal de televisión TDN y se ocupa de fútbol mundial, pero no directamente de lo que se ve sobre el césped, sino de las historias, muchas veces apasionantes, que hay detrás. Algunas de estas historias tienen que ver con Italia, como por ejemplo la que les traigo hoy, ni más ni menos que del grande entre los grandes Diego Armando Maradona. Ya saben, les dejo el principio, para abrir boca:


Nápoles, ese lugar donde el sol hace huir a las sombras de la vieja memoria. Bañado por un mar que inspira. Habitado por gente auténtica que nunca olvida. Un pueblo dinámico, bullicioso, apasionado e inconformista. Bien dicen que Diego y ese lugar no podrían parecerse más. Por eso es un icono de lo napolitano. En siete años se acomodó para siempre en su milenaria historia.


Su llegada fue mesiánica. Fue ahí donde lo convirtieron en una divinidad. A pesar de ser la tercera en importancia nacional, la ciudad simbolizaba el atraso del sur de Italia traducido en pobreza y crimen. Una adversidad parecida a la que el mismo Diego tuvo en Villa Fiorito. Maradona se enamoró de Nápoles y los napolitanos le santificaron su reinado.

Ya saben, el resto del texto lo tienen en la fuente original. Fíense, serán 5 minutos bien aprovechados. Y si les gusta este blog, que les gustará, pueden acceder cómodamente a él a través de la lista de enlaces de la izquierda.

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