domingo, 3 de abril de 2011

Tribuna: El inglés, cuestión de 'coglioni' (John Carlin)

El periodista hispano-escocés John Carlin, que es un tío que escribe bastante bien a pesar del guión de Invictus, acaba de sacarse de la manga un muy buen artículo para El País en el que nos explica el funcionamiento de la mentalidad inglesa. ¿Que a cuento de qué lo traigo a este blog? Porque usa como ejemplo a Fabio Capello, uno de los transalpinos que más éxito están teniendo más allá de sus fronteras. Pueden irse a leerlo a la fuente original, pero si lo prefieren yo les ahorro el viaje...


- "Michael no quiso conocer un nuevo idioma, sino una nueva moneda".
Uli Hoeness, mánager del Bayern Múnich, sobre el traspaso de Michael Ballack al Chelsea en 2006

El New York Times publicó una historia esta semana sobre el lamentable nivel de inglés de los españoles, sin excluir a los líderes de los dos principales partidos políticos. Esto, según el respetable periódico estadounidense, pone a los españoles en situación de desventaja en el mercado laboral europeo.

Bueno, puede ser. Pero no nos desanimemos porque mucho depende del tipo de trabajo al que uno opta.

Por ejemplo, existe un puesto en Inglaterra que requiere ejercer de líder de un equipo de unas 30 personas, entre empleados de campo y de oficina, y que exige una elevada presencia mediática. La comunicación es clave. Hay que saber dar órdenes claras a un reducido número de personas, muchas veces en condiciones de estrés, y también dirigir la palabra a millones de personas ante las cámaras de televisión. A cambio, se ofrece un sueldo que daría fácilmente para cubrir los ingresos de unos 300 profesores de inglés u 80 presidentes de Gobierno en España, es decir, siete millones de euros al año o casi 20.000 euros por día, fines de semana incluidos.

Hablamos del cargo de seleccionador inglés de fútbol, posición ocupada desde hace más de tres años por el italiano Fabio Capello. Esta misma semana, Capello logró la hazaña lingüística de explicar a un grupo de periodistas que para hacer su trabajo de manera eficaz no necesita saber más de 100 palabras de inglés.

Estirando su vocabulario hasta los límites, refiriéndose a las charlas que da a sus jugadores, estas fueron sus palabras textuales: "Creo que, cuando hablo, lo entienden todo. Si necesito hablar de la economía u otras cosas, no puedo. Pero con las tácticas no tengo que hablar de muchas cosas. Máximo, 100 palabras".

Entonces, ¿para qué tanto lío? ¿Por qué no se calla el New York Times? ¿Por qué en España nos dan la lata en la radio cada dos por tres anunciando cursos de inglés en los que prometen enseñarnos la superflua barbaridad de 1.000 palabras?

Si para mantenerse en el puesto de seleccionador inglés uno necesita 100, debe de haber montones de trabajos en Inglaterra en los que uno se las apañaría perfectamente hablando 30, 20 o 10. O incluso menos. Por ejemplo, maquinista de tren, albañil, jardinero, cocinero, masajista, cura en una iglesia en la que dicen misa en latín, monja, profesor de español...

En Francia habría más problemas si uno no hablara francés, ya que allá sienten mucha veneración por su estimada langue, y en Alemania sería más complicado no hablar alemán porque es un pueblo que se toma exageradamente en serio el trabajo. Precisamente fue un alemán, el ex jugador Oliver Bierhoff, el que dijo esta semana que no entendía cómo la selección inglesa podía tener al mando un señor que no domina el inglés.

Es Bierhoff el que no se entera. Los ingleses no son como los alemanes en su actitud hacia el trabajo. Son mucho más como los españoles. Reina el espíritu del ¿qué más da? Es verdad, sí, que los españoles son muy exigentes con los entrenadores de sus equipos de fútbol, mucho más que consigo mismos. La diferencia es que los fans ingleses son gente de más fe, más soñadores.

Capello hizo un papelón con la selección inglesa en el Mundial de Sudáfrica, pero en la última semana Inglaterra ha vencido a Gales por 0-2 y ha empatado 1-1 con Ghana en Wembley y las dudas que había generado se han despejado. Los medios ingleses se han pasado los últimos tres días haciendo feliz eco de las palabras del propio Capello, que afirmó que Inglaterra ahora sí está en condiciones de ganar la próxima Copa del Mundo.

Claro, uno no está del todo seguro si esto fue exactamente lo que quiso decir el italiano o si fue una traducción optimista de su mal pronunciado minivocabulario. Pero es igual. Que no se compliquen tanto la vida los españoles con esto del inglés. Váyanse a Inglaterra, consigan un trabajo de 10 palabras, métanle un poquito de ganas y ya verán que a los nativos los tienen chupados. Como Capello: con dos coglioni.

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